Motores de segunda mano: ¿cómo se verifican?

Una de las piezas más importantes y costosas de un coche es el motor, el cual es conocido como el corazón de un vehículo. Cuando se daña esta parte vital del auto, los conductores deben preparar sus presupuestos a un fuerte desembolso; sin embargo, afortunadamente, existe la oportunidad de adquirir uno de los motores de segunda mano, para solventar el problema.

Para mantener en buen estado el motor y aprovechar por completo su vida útil, hay que asegurarse de hacer a tiempo el mantenimiento, el cambio de filtros, conducir con cuidado y evitar acciones que comprometan la mecánica del coche. Ahora bien, pese a estos esfuerzos, si ya llegó a su final, no queda otra opción que el reemplazo.

Por lo general, una vez que llegan estos motores a los desguaces, se comprueban los niveles de fluidos (aceites y líquido refrigerante), con el objetivo de tener una primera evaluación de las piezas que han llegado al lugar. Por supuesto, es un paso que se realiza antes de poner en marcha el auto.

Luego de esto, se debe colocar al máximo cada uno de los fluidos, para poder arrancar el coche por unos 15 minutos, aproximadamente. Tras esta prueba, se realizan otras evaluaciones específicas como el estado de la junta de la culata, sistema de refrigeración, consumo o pérdidas de agua y aceite, niveles de compresión, ruidos en algunas de las partes.

Posteriormente, los motores que hayan superado estas evaluaciones, se desmontan y pasan por un proceso de lavado, empacado, clasificación y almacenamiento. De inmediato son colocados en venta, donde los clientes podrán observarlos en páginas web o desguaces físicos.

Actualmente, los interesados tienen la oportunidad de ver las propuestas por internet y saber disponibilidad con tan solo llenar un formulario. Las interminables búsquedas de motores de segunda mano son historia del pasado.

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